Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera de su encierro.
Un día, en el capullo apareció un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas a la mariposa que luchaba y forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que le pareció que se había atascado. Entonces, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó un lado del agujero para que por fin la mariposa pudiera salir del capullo.
Sin embargo, al hacerlo, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar el cuerpo que seguramente se reduciría.
Nada de esto sucedió y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar. Al privar a la mariposa de la lucha, también la privó de su salud. La libertad de volar solamente llegaba para ella luego de la lucha.
Si Dios nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido. Algunas veces la lucha es lo que necesitamos en la vida. ¡Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino más corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Nunca recibimos más de lo que podemos soportar y a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego. No permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no debemos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Disfrutemos cada instante de cada día por lo que nos ha sido dado por gracia de Dios.
Las fotos de arriba son de una mariposa que mi hijo cuidó desde que descubrió su capullito verde colgando de una cortina de la casa de mis padres hace un par de semanas atrás.... siempre que iba allí cuidaba que esté en el lugar pero ese domingo de sol cuando fuimos a almorzar a la casa de ellos, me llama para que vea cómo se transparentaban los colores de sus alitas a través del capullito.. le dije que la deje que ya va a salir solita, a su tiempo y le conté esta historia que es muy conocida para todo aquel que anda por la red.... Hermosa fue la sorpresa cuando por la tarde estaba la bella mariposa de color naranja y negro desplegando sus alas, observando su nuevo mundo...
Un día, en el capullo apareció un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas a la mariposa que luchaba y forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que le pareció que se había atascado. Entonces, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó un lado del agujero para que por fin la mariposa pudiera salir del capullo.
Sin embargo, al hacerlo, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar el cuerpo que seguramente se reduciría.
Nada de esto sucedió y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar. Al privar a la mariposa de la lucha, también la privó de su salud. La libertad de volar solamente llegaba para ella luego de la lucha.
Si Dios nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido. Algunas veces la lucha es lo que necesitamos en la vida. ¡Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino más corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Nunca recibimos más de lo que podemos soportar y a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego. No permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no debemos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Disfrutemos cada instante de cada día por lo que nos ha sido dado por gracia de Dios.
Las fotos de arriba son de una mariposa que mi hijo cuidó desde que descubrió su capullito verde colgando de una cortina de la casa de mis padres hace un par de semanas atrás.... siempre que iba allí cuidaba que esté en el lugar pero ese domingo de sol cuando fuimos a almorzar a la casa de ellos, me llama para que vea cómo se transparentaban los colores de sus alitas a través del capullito.. le dije que la deje que ya va a salir solita, a su tiempo y le conté esta historia que es muy conocida para todo aquel que anda por la red.... Hermosa fue la sorpresa cuando por la tarde estaba la bella mariposa de color naranja y negro desplegando sus alas, observando su nuevo mundo...
HOLA VANI!!!
ResponderEliminarHermosa la historia, las fotos el blog!!! me encantó.
Te envío un abrazote gigante y mil cariños
Laura Cornejo
http://miscyberamigos.blogspot.com
pd: me gustaría obsequiarte la corona de laureles que hay alli, abrazoteeeeee
Hola Lauri!! Gracias por el regalito y por tu visita!! Cariños!!!
ResponderEliminarQué inolvidable experiencia que has vivido con tu hijo Vani!Y qué bien la aprovechaste en esta hermosa entrada...Muchas veces las madres y también las maestras,intentamos ayudar a los niños ante alguna dificultad relizando las acciones o actividades que deberían hacer ellos,sin saber cuánto los perjudicamos.
ResponderEliminarAlguna vez leí en mi profesorado una frase que apliqué en mi tarea de madre y docente:"No hagas lo que el niño puede hacer por sí solo"Pestalozzi
Un abrazo y buen comienzo de semana!!
¡Gracias por tu hermoso blog y tu tierna alma, compartida y por escribir en el mío! Te enviaré un mai. Besos.
ResponderEliminarGracias Sandrita por tu visita!! esa frase está buena para que cada docente pueda internalizarla. Si no le damos la oportunidad de explorar, y explorarse el niño no podría lograr todo lo que logra por sí solito.... hoy los observaba mientras estaban en una actividad con la nutricionista y me sentía re orgullosa de ellos, tan pequeños pero tan grandes de alma... cómo se ayudaban entre ellos, compartían el juego, la escuchaban... realmente un placer verlos como espectadora jajajaja Te envío un abrazo enorme amiga!!
ResponderEliminarPor nada José Luis!!! Tu blog es un respiro para nuestras almas!! Cariños y bendiciones!!
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