Mi carácter impulsivo, cuando era niño, me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayoría de las veces después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quen había dañado.
Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón, me entregó una hoja de papel y me dijo: ¡estrújalo!
Asombrado obedecí e hice con ello, una bolita.
Ahora - volvió a decirme - dejálo como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedo llenó de pliegues y arrugas.
"El corazón de las personas -me dijo- es como ese papel...La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues."
Así aprendí a ser más comprensivo y paciente.
Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado.
La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar...Más aún cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras...Luego queremos enmendar el error, pero ya es tarde...
"Habla cuando tus palabras sean tan dulces como el silencio"
de Noel Claraso
a mi me parece muy bonito, de hecho lo utilizare como ludica para los estudiantes del colegio para el que trabajo
ResponderEliminarmuchas gracias
SI..
ResponderEliminarMUY BONITO.. :)
DE ECHO YO SOY ESTUDIANTE DE UN COLEGIO UNIVERSITARIO EN EL CUAL UN PROFESOR ME DIO ESTE TRABAJO.. :D